Filipinas fue en 2009 el país más mortífero para los periodistas, con 37 de las 132 víctimas mortales registradas en este sector, según el International News Safety Institute.
"Se han presentado cargos por asesinato contra ellos en base a la firmeza de los testimonios de varios testigos", explicó el portavoz de la Policía nacional, Leonardo Espina Espina, a la prensa este miércoles, precisando podría haber motivos políticos detrás de sus muertes.
El alcalde Romeo Antoling y el oficial de Policía Dennis Jess Lumikid han sido acusados en relación con el asesinato el 14 de junio de Desadario Camangyan, un comentarista de radio conocido por sus editoriales críticos. Ninguno de los dos ha sido detenido. Camangyan recibió un disparo por la espalda mientras participaba como juez en un concurso musical en la localidad de Manay, en la isla de Mindanao.
Por su parte, Pacifico Velasco, elegido teniente de alcalde de Bacarra, en la provincia de Ilocos Norte (norte) el mes pasado, y su ayudante Leonardo Banaag han sido acusados del asesinato el 16 de junio del periodista radiofónico Jovelito Agustin, pero siguen en libertad.
Los grupos de defensa de la libertad de prensa en Filipinas denuncian que unos cien periodistas han sido asesinados desde que la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, llegó al poder en 2001. La lista incluye a al menos 30 periodistas y personal de los medios de comunicación que murieron en la masacre de 57 personas en la isla de Mindanao el pasado noviembre.
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